Hacia la justicia fiscal en el G20: Impuesto global a los ultraricos
Junto con varias organizaciones, participamos en la Reunión de la Sociedad Civil sobre el G20 y la Fiscalidad Internacional, que tuvo lugar los días 22 y 23 de mayo en Brasilia. Este evento, que fue convocado por el Gobierno de Brasil y tuvo lugar en paralelo al Simposio sobre Fiscalidad Internacional del G20 que reunió a una amplia gama de funcionarios gubernamentales, académicos y organizaciones de la sociedad civil, para discutir las reformas fiscales que se introducirán durante este año en el contexto del G20.
En este sentido, esta iniciativa constituyó la primera ocasión en la que el ‘track’ financiero del G20 se abrió a la participación de la sociedad civil, demostrando el papel fundamental que las contribuciones de las organizaciones de la sociedad civil pueden tener en la consecución de políticas fiscales integrales, mejor fundamentadas y más equitativas, así como en el fortalecimiento de la transparencia y la rendición de cuentas en este tipo de espacios multilaterales.
Nuestra Directora Adjunta, Camila Barreto Maia, y nuestro Asociado, Ezequiel Steuermann, formaron parte de los debates, que se centraron en la iniciativa de un impuesto global sobre los ultra ricos que se está promoviendo bajo la presidencia brasileña del G20 a partir de una propuesta del Dr. Gabriel Zucman (ICRICT). En ese sentido, participamos en la redacción de una serie de recomendaciones en torno a esta iniciativa que fueron entregadas personalmente al Ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, durante la sesión de clausura del Simposio sobre Fiscalidad Internacional del G20.
A grandes rasgos, estas directrices subrayan el apoyo general de la sociedad civil a la iniciativa sobre un impuesto global a los ultra-ricos, destacando el papel fundamental que negociar este proceso en el seno de las Naciones Unidas y en estrecho diálogo con los debates sobre una Convención Marco sobre Fiscalidad Internacional que se están desarrollando en esa misma organización puede tener para garantizar la deliberación democrática en el proceso de reformas fiscales globales y asegurar un enfoque decolonial que favorezca los intereses del Sur Global.
Un enfoque de la fiscalidad internacional basado en los derechos humanos, que entienda las reformas fiscales progresivas como la que se está promoviendo como herramientas fundamentales para garantizar los derechos económicos, sociales y culturales, es fundamental. Logramos introducir eficazmente estas obligaciones normativas en el debate sobre cuestiones clave, como una transición climática justa, la reducción de la desigualdad de género y el refuerzo de la lucha contra la pobreza, entre otras.
El creciente impulso a favor de un impuesto global sobre los ultra-ricos está ganando espacio y consenso político entre los Estados que forman parte del G20, que también cuentan con el apoyo de un número significativo de homólogos regionales, como se ha puesto de relieve en el caso de América Latina a través de una reciente declaración conjunta de los Estados parte del PTLAC.
Ha llegado el momento de garantizar que esta floreciente voluntad política pueda responder eficazmente a las exigencias del momento, situando a las consideraciones de derechos humanos a la cabeza de la lista de prioridades durante las negociaciones que conduzcan a la declaración conjunta del G20 en julio y a la Cumbre de Jefes de Estado del G20 en noviembre.