Participamos de un retiro de la sociedad civil climática de América Latina y el Caribe para definir estrategias de incidencia
Como parte de la Red Latinoamericana y del Caribe para un Sistema Financiero Sostenible (REDFIS), fuimos invitados a participar en el "Retiro de la Sociedad Civil Climática de LATAM", que ocurrió en la Ciudad de México del 19 al 22 de agosto. Este evento reunió a representantes de más de 20 organizaciones de la sociedad civil de las regiones de América Latina y el Caribe que se abocan a la emergencia climática, junto a destacados expertos, consultores y periodistas especializados en la materia. El objetivo de este encuentro, que se realiza anualmente, es explorar posibles sinergias entre el movimiento de la sociedad civil para presentar posiciones articuladas ante los próximos debates sobre el clima a nivel multilateral, como la próxima COP 16 sobre biodiversidad en Cali, Colombia, y la COP 29 sobre cambio climático en Bakú, Azerbaiyán, a finales de este año.
Nuestro Asociado de Programa en Justicia Económica, Ezequiel Steuermann, asistió a este evento y presentó, a lo largo de las sesiones de trabajo, muchas de las conclusiones de un policy brief que coescribimos para el lanzamiento de REDFIS, centrándose en la intersección entre las políticas fiscales y la financiación climática desde una perspectiva de América Latina y el Caribe. En este contexto, introdujimos en las discusiones las implicaciones de la financiación climática en los derechos humanos, y los enfoques que las obligaciones legales derivadas del marco normativo de los derechos humanos (como la asistencia y la cooperación internacional y los deberes extraterritoriales de los Estados para la realización progresiva de los derechos económicos, sociales y culturales) pueden aportar a nivel de incidencia, en un diálogo sinérgico con las regulaciones específicas del ámbito climático, tales como las de la CMNUCC.
En relación con la intersección entre los debates multilaterales del ámbito climático y otras plataformas abiertas de negociación a nivel internacional, encabezamos la introducción de una perspectiva de "ruptura de silos" en las deliberaciones. De este modo, nos propusimos fomentar la creación de puentes entre las próximas deliberaciones de la COP 29, en las que se determinará un Nueva Meta Colectiva Cuantificable sobre Financiamiento Climático (NCQG, por sus siglas en inglés), y otras negociaciones multilaterales relevantes que se están llevando a cabo actualmente en el ámbito de la justicia económica, como la adopción del texto final de los Términos de Referencia de la futura Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cooperación Tributaria Internacional y la propuesta sobre un estándar mínimo global para la tributación de las personas con alto patrimonio neto promovida por Brasil en el G20. En ese sentido, se destacó como un objetivo vital de cara al futuro la necesidad de lograr articular posiciones comunes tanto entre los estados de la región de América Latina y el Caribe de cara a las negociaciones globales, como también dentro de las burocracias internas de cada uno de los propios Estados (por ejemplo, entre las autoridades climáticas y tributarias).
El retiro sirvió para canalizar las demandas de la sociedad civil climática de la región de forma sinérgica para definir iniciativas conjuntas de colaboración de cara al futuro con el fin de promover la agenda de una transición climática justa de cara a los próximos hitos de la agenda en el corto y mediano plazo.